Los 10 trucos y reglas para tener éxito… (clickbait):

Con este título irónico quiero dar mi punto de vista sobre una “moda” que se ha extendido más de lo que debiera. Esta costumbre de crear listados, decálogos o guías rápidas con “los 10 trucos infalibles” o “las 5 reglas de oro” para lograr el éxito en cualquier ámbito (sea marketing, SEO, desarrollo personal, emprendimiento, redes sociales o cualquier otro tema) se ha vuelto muy popular. En principio, no hay nada malo en intentar resumir conocimiento, hacer fácil lo difícil o presentar información valiosa de forma condensada. El problema llega cuando esa técnica se usa de forma vacía, sin sustancia, solo para captar tráfico, manipular opiniones o alimentar las expectativas del lector sin realmente aportar valor.

En este sentido, el éxito de estos listados parece basarse más en el impacto de un titular llamativo que en el contenido real. Nos encontramos con decálogos del éxito que prometen transformar tu vida o tu negocio con unos pocos puntos, pero cuando lees detenidamente, te percatas de que no dicen nada nuevo ni útil. Esto crea un escenario donde las búsquedas en motores de búsqueda te devuelven decenas o cientos de artículos iguales, replicando la misma fórmula: un titular con número mágico, una introducción breve, y un conjunto de obviedades disfrazadas de consejos imprescindibles.

Por supuesto, no todos los listados o decálogos carecen de valor. Hay blogueros, profesionales, consultor SEO y expertos en marketing digital que realmente saben sintetizar su experiencia en puntos clave, ofreciéndonos una auténtica guía a la que vale la pena prestar atención. El problema es que, entre tanto ruido, estos contenidos de calidad se pierden. El lector debe afinar su ojo crítico, contrastar fuentes y no dejarse llevar solo por el titular. La abundancia de artículos que siguen el mismo patrón, con las mismas promesas, pero sin sustancia, termina creando una especie de desinformación informativa.

Lo que quiero transmitir es la importancia de no quedarnos en la superficie. Un titular no lo es todo. Detrás de un “los 10 trucos para tener éxito” puede haber una gran lección o una simple trampa para atraer clics. Seamos críticos, analicemos el contenido, leamos más allá del primer párrafo, cuestionemos la utilidad real de lo que se nos ofrece.

El decálogo del éxito: crítica a los listados vacíos

El decálogo del éxito y la saturación de listados

La proliferación de decálogos o listados de consejos rápidos no es casual. En un entorno saturado de información, los creadores de contenido, community managers, expertos en marketing, redactores y hasta gente amateur, buscan la forma de destacar en las páginas de resultados de búsqueda. Los números en el titular generan atención, las listas son fáciles de leer y prometen soluciones inmediatas. Así, se mezclan tanto aquellos que realmente entienden la materia con quienes solo replican fórmulas vacías esperando posicionar su artículo en los motores de búsqueda.

Para el lector inexperto, esto puede resultar especialmente confuso. Imagina que buscas consejos de SEO para tu blog. Encuentras un decálogo prometiendo “Los 10 trucos definitivos para posicionar tu web”. Empiezas a leer y descubres obviedades como “escribe contenido de calidad”, “usa palabras clave”, “consigue enlaces”… Lo peor es que no te dan información nueva, ni explican cómo lograrlo de forma práctica, ni profundizan en estrategias reales. Todo se limita a una enumeración superficial, sin ejemplos, sin datos, sin contraste. Terminas igual que al principio, o peor, con la sensación de que has perdido el tiempo.

Este escenario no ocurre solo en marketing digital o SEO. También se ve en el mundo del emprendimiento, el desarrollo personal, la productividad, la nutrición, el fitness, las redes sociales, el social media y cualquier otro ámbito del conocimiento. Un titular con un número mágico, la promesa de reglas, trucos o mandamientos, y dentro, contenido banal. Es cierto que todos estamos ocupados y que una lista puede ayudarnos a asimilar información más rápido, pero no si el contenido no aporta nada.

Aun así, no es cuestión de demonizar el formato lista. Hay listados excelentes, creados por verdaderos profesionales que han condensado años de experiencia en unos cuantos puntos. Estos listados sí son valiosos. La diferencia se nota enseguida: aportan ejemplos, casos de éxito, detalles, contexto, razones por las que cada punto es importante y cómo aplicarlo en la práctica. No se limitan a “dile a la gente que tu producto es bueno”, sino que te explican cómo comunicar el valor diferencial, cómo segmentar tu audiencia, cómo medir resultados y cómo iterar para mejorar. La diferencia es abismal.

La manipulación a través de titulares e información incompleta

¿Por qué proliferan tanto estos listados vacíos? Una razón es la búsqueda de tráfico. Muchos creadores de contenido o sitios quieren atraer visitas rápidas. Un titular como “Los 10 trucos para triunfar en redes sociales” suena irresistible. Clicamos esperando encontrar una solución inmediata, y esto satisface al autor, que ve aumentar sus métricas de visitas. Sin embargo, cuando el contenido no cumple las expectativas, el lector se frustra y, con el tiempo, se vuelve más desconfiado.

Además, algunos utilizan estos listados para manipular opiniones o difundir información sesgada. En prensa, por ejemplo, un titular impactante o un decálogo que apoya una determinada línea ideológica puede llevar a que la gente comparta y crea esa información sin profundizar. Al final, la falta de rigor y la pereza del lector medio al no contrastar fuentes provocan que falsas verdades se difundan con facilidad.

Este es un problema serio. En SEO y marketing digital, la calidad de la información es vital. Si alguien busca cómo mejorar su posicionamiento, espera encontrar guías útiles, estrategias reales, análisis comparativos, herramientas recomendadas, etc. Pero si solo encuentra listas que repiten las mismas vaguedades, no avanza, y eso también daña la credibilidad del sector. Un consultor SEO profesional siempre debe ir más allá y ofrecer contenido de valor, algo que de verdad ayude a quien lo lee a mejorar su web o su estrategia online.

La responsabilidad no es solo del creador de contenido, también es del lector. Debemos ser críticos, no quedarnos únicamente con el titular o con las primeras líneas del artículo. Si algo nos suena a humo, es mejor buscar otras fuentes, contrastar información y no dar por sentado que “los 10 trucos definitivos” realmente lo son.

La era de la infoxicación y la necesidad de filtrar

Vivimos en la era de la sobreinformación, también llamada infoxicación. Cada día se generan millones de contenidos, y entre tanta abundancia, filtrar se convierte en una habilidad imprescindible. No es fácil separar el grano de la paja, identificar qué listados aportan valor y cuáles no. Sin embargo, desarrollar este sentido crítico nos ayudará a invertir mejor nuestro tiempo.

Un profesional del marketing digital, un agencia SEO o un emprendedor online no pueden basar su estrategia en contenidos superficiales. Necesitan información práctica, datos, análisis, casos de estudio, herramientas concretas. Un buen artículo que promete 10 trucos mostrará no solo las “reglas”, sino el cómo, el por qué, el cuándo y el dónde aplicarlas. Ofrecerá pasos detallados, recomendará recursos, y sobre todo, demostrará que el autor entiende el tema en profundidad.

La clave está en la profundidad y la honestidad del contenido. Si un decálogo no añade nada a lo que ya sabías, ¿realmente sirve de algo? Y si todos los decálogos que encuentras repiten lo mismo, ¿no sería mejor ir a artículos más especializados, cursos, webinars o directamente ponerte a experimentar por tu cuenta? Al final, el aprendizaje requiere esfuerzo y no se reduce a leer un listado apresurado.

El lector como juez: la importancia de la lectura crítica

Cuando nos topamos con un decálogo del éxito, deberíamos plantearnos algunas preguntas: ¿quién lo ha escrito? ¿Tiene experiencia demostrable en el tema? ¿Explica los puntos con ejemplos o datos? ¿Es posible aplicar esos consejos en la práctica? ¿Coincide con otras fuentes fiables? Si las respuestas son negativas, quizás se trate de un “trampantojo” informativo que solo busca clics.

La lectura crítica implica no creer todo lo que se lee, especialmente en el entorno del marketing, el SEO y la comunicación, donde el posicionamiento en buscadores puede impulsar cualquier contenido al frente de las búsquedas sin garantizar su calidad. Es labor del lector discernir entre lo útil y lo superfluo. Este ejercicio mental no solo nos hace perder menos tiempo, sino que también nos ayuda a mejorar como profesionales y a tomar decisiones más informadas.

Si queremos cambiar esta dinámica, es necesario que, como comunidad, premiemos los contenidos de calidad. Compartir y recomendar artículos realmente útiles, dejar comentarios constructivos, debatir y señalar cuándo algo es puro relleno. De esta forma, poco a poco se crea un entorno más exigente donde los decálogos vacíos pierden influencia y se eleva el estándar de lo que se considera un buen contenido.

¿Hay esperanza para los decálogos?

A pesar de todo lo mencionado, los decálogos, las listas y los resúmenes seguirán existiendo. El formato es demasiado atractivo y práctico como para desaparecer. La pregunta es si podemos recuperar su valor original. Un listado bien elaborado, con información útil, actualizada, contrastada y bien explicada, es una joya. Un decálogo que sirva de mapa rápido para entender un tema complejo se agradece, porque a veces no tenemos tiempo de leer artículos larguísimos.

Por eso, el objetivo no es demonizar el formato, sino exigir más calidad. Que cuando alguien nos diga “los 10 trucos para mejorar tu SEO” nos encontremos con consejos reales y prácticos, con detalles sobre la investigación de palabras clave, la optimización técnica, el link building de calidad, la medición de KPIs o el uso estratégico del contenido audiovisual. Que no se limite a “escribe buen contenido” o “consigue enlaces” sin profundizar. Que si habla de redes sociales, nos explique cómo segmentar, qué herramientas utilizar, qué métricas seguir. En definitiva, que el decálogo sea algo a lo que volver cuando necesitamos repasar ideas clave, no un conjunto de obviedades sin valor.

Con el tiempo, si cada vez más lectores y profesionales buscan calidad, los autores se verán obligados a esforzarse más. El SEO valorará también el comportamiento de los usuarios en sus páginas, y si la gente sale decepcionada, bajarán en el ranking. Así el propio ecosistema corregirá los excesos, premiando la sustancia por encima del titular rimbombante.

Transformar la crítica en acción

Esta crítica a los decálogos vacíos no es más que una invitación a la reflexión. No pretendo decir que todos los listados sean inútiles. Algunos son estupendos. Pero cuando nos topemos con uno mediocre, no lo pasemos por alto. Evitemos compartirlo, no comentemos con admiración algo que no lo merece, y si es posible, hagamos notar la falta de profundidad.

La formación y la experiencia nos permiten discernir qué es valioso y qué no. Un consultor SEO experimentado sabe distinguir un decálogo vacío de uno rico en detalles. Del mismo modo, un lector con horas de vuelo en la temática notará enseguida si el contenido aporta o no. Usar este sentido crítico es bueno para todos: para los lectores, que no pierden el tiempo; para los autores serios, que destacarán por calidad; y para el ecosistema digital, que se vuelve más fiable.

¿Y qué podemos hacer como creadores de contenido?

Si eres creador de contenido, evita caer en la tentación de hacer listados banales. Si el formato de 10 puntos te gusta, no lo abandones, pero asegúrate de que cada punto aporte valor. Añade ejemplos, recursos, referencias. Explica el porqué y el cómo. No hagas un decálogo por hacerlo, hazlo porque tienes algo que contar y porque el formato lista puede realmente ayudar a la comprensión.

Recuerda también que la credibilidad se construye con el tiempo. Si abusas de titulares sensacionalistas y contenidos vacíos, puede que atraigas visitas puntuales, pero no fidelizarás audiencia ni ganarás reputación. Al contrario, muchos lectores no volverán “nunca mais” a tu blog, tal como sucede cuando se decepcionan tras varias experiencias negativas.

Por otro lado, si demuestras rigor, conocimiento y empatía con el lector, los listados pueden ser tus aliados. Un decálogo bien hecho es un excelente recurso para estructurar información compleja y ofrecer una guía rápida. Muchos profesionales agradecen contar con referencias rápidas a las que acudir antes de una reunión, una presentación, una estrategia de marketing o el lanzamiento de un nuevo proyecto digital.

Mi opinión como experto en SEO

Como experto en SEO, considero que la proliferación de decálogos vacíos es un síntoma de que la búsqueda de posicionamiento rápido a veces prima sobre la utilidad real. En un entorno ideal, los contenidos deberían ganarse un buen lugar en los motores de búsqueda por su calidad, no solo por un titular con un número y una promesa hueca. El lector se merece información útil, práctica y profunda. Aquellos creadores de contenido que realmente ofrezcan valor y sepan sintetizar conocimiento útil destacarán a largo plazo.

Si necesitas ayuda para filtrar, mejorar tu estrategia de contenidos o encontrar el equilibrio entre titulares atractivos y sustancia real, una agencia SEO puede guiarte. Además, si deseas discutir estrategias, enfoques o cualquier aspecto relacionado con el posicionamiento y el marketing, no dudes en encuéntrame en Google Maps. El objetivo es crear un ecosistema digital más honesto, donde los decálogos y listados sean realmente herramientas útiles, no simples trampas para atraer clics.

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Javier Carmona Benítez

Consultor SEO Alicante
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