En octubre de 2025, el panorama de la inteligencia artificial ha cambiado por completo. Hace menos de un año hablábamos de ChatGPT-4o como la gran revolución del procesamiento del lenguaje, pero hoy el debate ya no es técnico, sino filosófico. La nueva versión, GPT-5, ha transformado la forma de trabajar de millones de profesionales, aunque también ha provocado una sensación generalizada de que, en su búsqueda de ser perfecta, la herramienta ha perdido parte de su alma.
He querido actualizar este artículo con información real a fecha de 17 de octubre de 2025, para ofrecer una visión profesional, contrastada y crítica sobre el momento actual de ChatGPT. Es un análisis basado en uso diario, en resultados con clientes y en la experiencia acumulada tras años trabajando con modelos de IA desde antes de que existiera ChatGPT. No es una guía de “trucos”, sino una reflexión técnica y humana sobre cómo aprovechar lo que sigue siendo la herramienta más poderosa de nuestra era.
Por cierto si te interesa el tema tengo este glosario básico para entender algunos conceptos claves en Inteligencia Artificial:
En este artículo, te explico qué hay de nuevo, cómo sacarle el máximo partido y algunos trucos prácticos para aprovechar ChatGPT en tu día a día. Además voy a hablar bastante de las diferentes versiones porque en la web está muy confuso, y os darle mi opinión sobre las mismas.
TOC
El lanzamiento progresivo de GPT-5 ha marcado el inicio de una nueva etapa para OpenAI. No se trata de un simple modelo más rápido: su arquitectura se ha rediseñado para trabajar con memoria persistente, lo que permite recordar instrucciones y contexto entre sesiones. Esto abre un nuevo escenario para quienes lo usamos de manera profesional, porque deja de ser un asistente “de sesión” y empieza a comportarse como un colaborador a largo plazo.
Sin embargo, esta memoria aún es imperfecta. Muchos usuarios en foros especializados como Reddit o OpenAI Community reportan que el sistema recuerda instrucciones de forma inconsistente, o que “olvida” matices importantes. En paralelo, la integración con herramientas externas (Google Drive, Sheets, Asana o Notion) se ha vuelto más fluida, y el sistema de tareas programadas funciona ya de forma estable. El modelo puede ejecutar acciones a horas concretas, programar seguimientos o recordar temas pendientes. Esto lo convierte, en la práctica, en un asistente operativo y no solo conversacional.
| Aspecto | GPT-4o | GPT-5 |
|---|---|---|
| Velocidad | Alta, optimizada para respuesta inmediata. | Superior. Multiproceso en tiempo real, capaz de analizar texto, imagen y audio simultáneamente. |
| Profundidad de razonamiento | Buena, pero limitada en contextos largos. | Mucho mayor, con capacidad de seguimiento contextual extendido y razonamiento multicapas. |
| Memoria | Temporal, desaparece al cerrar la sesión. | Persistente, almacena preferencias, tono y contexto. |
| Creatividad | Alta, especialmente en versiones 4 “originales”. | Reducción notable. Más cauteloso y autocensurado. |
| Fiabilidad factual | Moderada, con alucinaciones frecuentes. | Mejorada, con verificación cruzada mediante búsqueda en tiempo real. |
En resumen: GPT-5 es más preciso y operativo, pero menos espontáneo. Muchos profesionales coinciden en que GPT-4 tenía más “alma”. Era más creativo, más libre y más dispuesto a explorar ideas arriesgadas. GPT-5, en cambio, actúa como un consultor corporativo hipercontrolado. Cumple con todo, pero ya no sorprende. Esta percepción se repite en los foros de usuarios avanzados, donde se habla directamente de una “IA lobotomizada”.
OpenAI ha simplificado su oferta en tres planes principales: Gratis, Plus y Team. El plan gratuito sigue limitando velocidad y memoria; el plan Plus (20 $/mes) da acceso a GPT-5 completo y GPT-4o; y el plan Team incorpora espacio de trabajo colaborativo y privacidad reforzada. El plan Pro ha sido absorbido por Team, que ahora actúa como solución para agencias y equipos.
| Plan | Modelo principal | Para quién es | Mi veredicto |
|---|---|---|---|
| Gratis | GPT-4o (limitado) | Usuarios ocasionales o estudiantes. | Insuficiente para trabajo serio. Ideal solo para explorar la herramienta. |
| Plus | GPT-5 y GPT-4o completos | Profesionales, redactores, consultores y creativos. | La opción indispensable. Equilibrio entre coste y capacidad. |
| Team | GPT-5, GPT-4o y entorno colaborativo | Agencias y equipos multidisciplinares. | Ideal si trabajas con varios compañeros y necesitas control de permisos. |
Después de meses de uso intensivo, confirmo lo que muchos sospechan: los nuevos modelos, aunque más potentes, piensan menos. GPT-5 es más rápido, sí, pero también más tímido. Cuando se le pide una opinión o una interpretación libre, responde con una neutralidad exagerada. No arriesga. Parece un modelo que ha pasado por diez sesiones de recursos humanos para asegurarse de no molestar a nadie. Su lenguaje es pulido, pero sin filo.
El GPT-4 original, en cambio, tenía fallos, pero también intuición. Era capaz de hilar ideas, asumir riesgos conceptuales y construir metáforas con una naturalidad que recordaba a un colaborador humano. La versión actual es más eficiente, pero también más dócil. Y eso, para quienes usamos la IA como herramienta de pensamiento, es una pérdida notable.
Lo analicé en profundidad en mis artículos Por qué nos miente la inteligencia artificial y ChatGPT, la IA rebelde. Aquella rebeldía inicial de los modelos anteriores ha sido sustituida por una prudencia casi burocrática. La IA ya no contradice, ni discute, ni se sale del guion. Y aunque eso mejora la fiabilidad, reduce drásticamente su valor creativo.
Si te quedas en la superficie, ChatGPT parece una herramienta de redacción o un buscador avanzado. Pero en manos de un profesional con método, es un ecosistema completo de producción, análisis y pensamiento asistido. Estas son las estrategias que aplico en mi trabajo diario y que recomiendo a cualquier profesional del marketing o la comunicación que quiera operar a otro nivel.
La posibilidad de construir GPTs personalizados ha cambiado por completo mi flujo de trabajo. Ya no tengo un chat genérico para cada cliente, sino un sistema de expertos virtuales, cada uno con su propio rol, tono y objetivos. En mi entorno tengo GPTs como “Analista SEO para Cliente A”, “Copywriter Premium Cliente B” o “Estratega de Contenido Cliente C”.
La clave está en la configuración. En la sección Instructions indico el rol, el objetivo, el tono, el contexto de negocio y las reglas de interacción. Por ejemplo:
Rol: Analista SEO senior para una clínica dental premium en Valencia.
Objetivo: Aumentar la captación de leads cualificados un 20 % mediante contenido orgánico.
Tono: Profesional, persuasivo, basado en datos.
Reglas: Nunca uses emojis, respeta las directrices E-E-A-T y no inventes datos. Si no sabes algo, reconócelo.
Después subo en Knowledge los archivos relevantes: guía de estilo, keyword research y documentos de analítica. El resultado es un asistente que entiende el negocio, la voz de marca y los objetivos de forma inmediata. Es como hablar con un colaborador que lleva años en el proyecto.
La mayoría de usuarios piden a ChatGPT que “genere ideas”. Ese enfoque produce textos genéricos. En cambio, los resultados más valiosos aparecen cuando usas la IA como sistema de crítica. Yo suelo pedirle que actúe como un editor experimentado y sin filtros.
Prompt débil: “Dame 5 ideas para un post de un dentista.”
Prompt experto: “Voy a escribir un post titulado ‘Invisalign vs. Brackets: la decisión definitiva para adultos’. Mi público son profesionales de 30-45 años con poder adquisitivo medio-alto. Este es mi esquema: [lo pego]. Actúa como un editor jefe de salud con 15 años de experiencia. Dime: 1) qué puntos suenan a publicidad barata, 2) qué objeciones no estoy respondiendo y 3) cómo reestructurarías la CTA para maximizar conversiones.”
La diferencia es abismal. El segundo prompt convierte a ChatGPT en un espejo inteligente que cuestiona, mejora y afina tu trabajo. La IA se comporta mejor cuando la pones en modo crítico, no en modo complaciente.
El futuro del uso profesional de la IA no está en escribir más rápido, sino en trabajar de forma sistémica. Con herramientas como Make.com o Zapier puedes conectar ChatGPT con tu CRM, tu correo o tu web y automatizar tareas de principio a fin.
Un flujo real que utilizo: cuando un cliente rellena un formulario de contacto, el sistema envía la información a un GPT personalizado llamado “Analista de Leads”. Este analiza el mensaje, clasifica el lead como caliente, templado o frío y genera automáticamente un borrador de respuesta adaptado al tono del negocio. El correo se guarda como borrador en Gmail listo para revisión. El resultado: ahorras horas sin perder control ni calidad.
La capacidad de GPT-5 para procesar texto, imagen, audio y vídeo en una misma sesión es el avance más práctico para profesionales. Ya no es necesario describir un gráfico: basta con subirlo. Puedes pedirle, por ejemplo: “Analiza este dashboard de Google Ads. ¿Qué métrica explica la caída de CTR en el anuncio 2?” o “Transcribe y resume esta llamada comercial, resalta las objeciones del cliente”.
También es útil para analizar material audiovisual de la competencia: subes un vídeo de un anuncio y pides que identifique el gancho emocional de los primeros tres segundos. En segundos tienes un informe de insights que antes requería horas de análisis humano.
Aunque la memoria persistente de GPT-5 todavía no funciona de forma perfecta, puedes simularla manualmente con tus propios archivos y GPTs especializados. Al mantener una carpeta con prompts, respuestas valiosas y documentos base, recreas un contexto acumulativo. Es una forma artesanal de suplir la volatilidad del modelo actual y garantizar continuidad entre proyectos.
ChatGPT sigue siendo, sin discusión, la herramienta más poderosa del ecosistema digital. Su capacidad para analizar datos, generar estrategias y producir contenido de calidad lo convierte en un multiplicador de productividad sin precedentes. Pero al mismo tiempo, es cada vez más evidente que su “evolución” ha venido acompañada de una pérdida de espontaneidad y pensamiento lateral. La IA ya no improvisa: calcula. Y aunque eso la hace más segura, también más previsible.
Como profesional, prefiero la versión 4. Era más lenta, más torpe y más impredecible, pero también más humana. Tenía aristas. Te obligaba a pensar con ella, no solo a leer lo que te devuelve. GPT-5, en cambio, ha optimizado tanto la forma que a veces vacía el fondo. Esa es la paradoja: cuanto más perfecta es la máquina, más limitada resulta su voz.
Por eso mi consejo final es claro: úsala como copiloto, no como piloto automático. Haz que amplifique tu criterio, no que lo sustituya. Si dejas que piense por ti, su aparente precisión se convertirá en tu propia obsolescencia. Pero si la usas como extensión de tu pensamiento, es una aliada inigualable.
Artículo actualizado y revisado a 17 de octubre de 2025, con información técnica de las últimas versiones de ChatGPT (GPT-5) y opinión personal basada en uso profesional diario.
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